Mi última entrada fue en septiembre…preparandome para lo que pensaba que iba a suceder en lo que quedaba del mes y durante octubre.
Hablo del ELA y de la visita de Helma…ambas cosas sucedieron en mi vida.
Tuve, con Helma, una experiencia que quiero compartir. Mi madre estuvo internada en el hospital local, durante los días que Helma estuvo de visita. Fuimos a darle tratamientos Reiki allí. Helma ha sido enfermera en Holanda, conoce los ambientes médicos, hospitales, clínicas, etc. No se asombró cuando una enfermera entró en la habitación, nos vio dando un tratamiento de Reiki y dijo:- Vuelvo en un rato-, dandonos tiempo para que nosotros pudiéramos terminar lo que habíamos comenzado. Y este es un hospital público. Reiki es cada día más conocido y respetado. Las personas ya no se extrañan cuando ven que ponemos nuestras manos sobre alguien…y en Holanda sucede lo mismo. Es una experiencia que comparto con Maestros de muchas partes del mundo..aunque también sé que no es así en todas partes, incluso en este país.
Participé del ELA. Volví nutrido, renovado. Una vez más. Como ha sucedido durante nuestros últimos encuentros, trabajamos en un círculo de iguales, revisando nuestras inquietudes, nuestra práctica, disfrutando estar juntos, profundizando nuestra comprensión de lo que hacemos y los por qués. Nuestro tema principal fue uno de los aspectos del Sistema: Orden Mística, que desarrollamos como «comunidad mística», junto con «camino espiritual», que fueron el marco y puntos de referencia de todas nuestras conversaciones. Compartimos muchos tratamientos, charla, risas; la magia de un recital de cuencos tibetanos en una noche tormentosa e increíble, con pájaros y truenos de acompañantes. Pufff!, me acuerdo y suspiro.
Cuando regresé de Uruguay mi mamá ya no estaba en el hospital, pero no estaba bien. La acompañé mucho con Reiki, que ella pedía y disfrutaba. Habló de su muerte, que sentía cercana y así fue. Hicimos de despedida una ceremonia religiosa celebrando su vida, todo lo que nos dio a sus hijos, familia y amigos . Fue muy emotiva.
Luego vino un tiempo extraño. Mucho apoyo de mucha gente. Muchos cambios.
Duelo. Tiempo que aún continúa. No quiero que sea excusa, pero sí que sirva para comprender porque no he respondido algunos mails, que me exigen respuestas muy pensadas, para responder con propiedad. También suspendí algunos seminarios, que espero poder organizar pronto…
Estoy bien. Disfrutando del verano. De Claromecó y la playa, cuando puedo. De allí es la foto de este posteo…un día después de una lluvia, el arcoiris sobre el vivero dunícola…la foto me identifica con mi momento presente.