Este es un blog que leen mis alumnos , algunos colegas, practicantes de Reiki que conozco y otros que no y algunas personas que andan navegando el cyberespacio este que llamamos «internet». Hoy los invito a pensar desde mis ideas…
¿Dónde comienza y termina mi sanación? ¿Puedo estar sano si mi alrededor no lo está?
La sociedad argentina ( por hablar de esta en particular) tiene mucho que sanar. Cada uno de nosotros podemos hacer nuestra parte, desde muchos lugares. Y no hablo sólo de practicar Reiki y dar/nos tratamientos. Hablo de limpiar heridas, cuidarnos de no generar nuevas. Para esto practico los Preceptos cada momento de mi vida.
Pero hoy quiero referirme al trabajo de las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) que son sostén de nuestros valores. Y mientras escribo esto pienso en tantas, que hacen tanto. A veces trato de imaginar cómo sería la Argentina en su Bicentenario si cada uno de nosotros dedicara una (1) hora semanal de trabajo voluntario en una ONG. ¿Lo pensaste? La cooperadora de la escuela o del jardín, la del hospital, del geriátrico, un club, un comedor comunitario, una biblioteca, un local político o religioso, trabajo hecho con espíritu solidario, no para «traer agua para mi molino» como dice el dicho.
Hace unos años que trabajo en la RED x la IDENTIDAD, que apoya el trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo, ya lo he contado en este blog. Llegué ahí gracias a Vicente, que me invitó a trabajar con él en la realización de un cortometraje.
La primer persona que conocí en Abuelas fue Abel. Lo veo de vez en cuando, cuando voy a la sede de Abuelas en Buenos Aires. Lo respeto mucho y me di cuenta del afecto que le tengo al enterarme la noticia que tanto me conmovió el lunes pasado a la noche. La comparto con ustedes, porque creo que cada nieto encontrado es una herida menos en esta sociedad y una oportunidad más.