Mis tiempos, mi práctica, mi vida

Estoy cumpliendo mi cuarto año como miembro de la Junta Directiva de The Reiki Alliance . Sigo observando con mucho interés el desafío de sostener una comunidad de maestros de Reiki con una práctica común, Usui Shiki Ryoho, siete idiomas oficiales y miembros culturas tan diferentes, de orígenes diferentes y con un objetivo común: apoyarnos uno a otros.

¿Cómo se expresa este apoyo? Algunas expresiones son muy concretas, como la posibilidad de solicitar Tratamientos de Reiki a distancia para nosotros o nuestras familias  en casos de extrema necesidad. Para mí, el apoyo más importante es no estar sólo. Quiero decir, la relación con los pares, los iguales, los otros maestros. Y esta relación, como todas las relaciones humanas, es el mayor desafío y el mayor regalo.

Muchas, muchas veces, he visto el dolor a flor de piel en estas relaciones. Todos nos ponemos susceptibles. ¿Soy aceptado por ser quien soy? ¿Es esta comunidad el lugar para expresarme íntegramente? He visto un grupo , todos miembros , acompañando a una Maestra de origen judío a visitar Auschwitz, donde mataron a sus abuelos, tíos, primos; una experiencia que solamente pudo hacer porque estaba apoyada por el grupo. He escuchado a maestros ucranianos compartiendo el drama de la guerra en su país, sentados en el mismo círculo con los maestros rusos. Maestros que comparten la alegría de haberse enamorado, de tener hijos, nietos, mascotas. De viajar, de conocer otras culturas, otros horizontes. Compartir las experiencias de Reiki, las propias, las de sus alumnos. Estamos llenos de historias humanas, no somos artículos en los diarios, ni en la internet, nosotros unidos por la práctica de Reiki, que nos permite ver lo que tenemos en común, para poder expresar nuestras diferencias y encontrar nuestra unicidad. A este grupo estoy dedicando, en este momento, mucha energía ( lease tiempo, contestando mails, resolviendo situaciones, reuniones por Skype y en persona, etc y más etc).  Lo disfruto con agradecimiento.

Y sigo en Tres Arroyos, familia, mascotas, Flores de Bach, clases y tratamientos de Reiki.

Hablando de mascotas, la pequeña se llama Bronwen, un nombre galés para una llama argentina.

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