Lo público, lo privado, lo visible y lo invisible

Leo bastante sobre los blogs, esta nueva forma de comunicación me entusiasma mucho. Cuando abrí este no sabía de los alcances del blogueo, de tantos que hay y la gran difusión que tiene esta actividad.

En el principio, y aún tiene validez, yo buscaba una herramienta con la que poder mantener mi sitio web actualizado; poder comunicarme y compartir con alumnos y público en general de una forma económica, ecológica y no invasiva algunas de mis reflexiones e informar sobre mis próximas actividades.

Nunca sé quienes me leen, si es que alguien me lee. Incluso mis propios hijos se olvidan que tengo este blog. No es un reclamo, es un hecho.

No cumplo con las reglas básicas del blogueo.  Una de ellas dice que hay que mantener el sitio actualizado y postear bien seguido.

¿Y?

Y nada.

Así siento que respeto lo privado de mis alumnos y conocidos. Que no obligo a nadie a leer lo que a mí me interesa, no genero cadenas de mail, e intento poner cuidado en mis palabras.

Estoy asombrado del uso del e-mail (o correo electrónico, como quieras llamarlo). Es muy fácil de reenviar cualquier cosa que recibo. No importa demasiado lo que reenvío. No veo la cara de la persona que lo recibe, ¿ni me importa? Se supone que si está escrito, filmado, fotografiado, registrado de alguna manera entonces debe ser cierto, el contenido debe ser verdad.

Creo que lo único que es verdadero es el envase, el mail que recibo…de allí a que lo que se dice en él sea cierto puede haber mucha, mucha distancia.

Vivimos en una época en que sólo es cierto lo que es público, y basta con que sea público para que se lo considere cierto. De ahí la pelea por aparecer en los medios, porque sólo así se valida la existencia de ideas y pueden transformarse creencias/deseos/mentiras en hechos.

Hace muchos años que trabajo con computadoras. Por supuesto que al principio no me imaginé que íbamos a tener acceso a tanto contenido (por supuesto, ni imaginé la internet). Lo que sí me di cuenta desde el principio es que el desafío es cómo elegir entre tanta información y qué seleccionar.

Los principios de Reiki  pueden ser una buena guía. Para mí, «sólo por hoy no te enojes» y también «muestra gratitud por todo ser vivo».

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